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Carbono azul

Blue Carbon

Carbono Azul Blue Carbon

¿Qué es el Carbono Azul?

El término “carbono azul” se refiere al carbono presente en la biomasa viva (hojas, ramas, tallos y raíces), en la biomasa no viva (hojarasca y madera muerta), y en el suelo de ecosistemas marino costeros como manglares, pastizales marinos, y humedales costeros.

 

Estos ecosistemas asociados a cuerpos de agua se consideran “azules” debido a su conexión con el mar.

 

Al igual que los ecosistemas terrestres, el carbono azul se almacena en la biomasa vegetal viva durante escalas de tiempo relativamente cortas (años o décadas). Sin embargo, su almacenamiento en los suelos costeros puede permanecer por largos períodos de tiempo (milenios), resultando en grandes reservas. El suelo saturado con agua mantiene al carbono en un estado anaeróbico (bajo o sin oxígeno) acumulándolo verticalmente de forma continua y a lo largo del tiempo.

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El Carbono Azul y el Cambio Climático

Los ecosistemas que almacenan carbono azul son significativos en la lucha por la mitigación de los efectos del cambio climático, debido a su capacidad única de capturar y almacenar grandes cantidades de carbono atmosférico. A través de la fotosíntesis, las plantas marino costeras toman el dióxido de carbono (CO2) del mar y de la atmósfera y lo convierten en biomasa, además de que en sus sustratos (sedimentos), lo almacenan igualmente como carbono orgánico durante largos períodos de tiempo.

La restauración de los ecosistemas de Carbono Azul

La protección y restauración de los ecosistemas de carbono azul son esenciales para la salud del planeta. Sin embargo, estos son algunos de los ecosistemas más amenazados de la tierra, con un estimado de 340,000 a 980,000 hectáreas destruidas cada año. Los manglares, las marismas saladas y los pastizales marinos se encuentran bajo altos niveles de presión por el desarrollo costero y el cambio de uso de la tierra. Cuando se elimina la vegetación y la tierra se drena o se draga, los sedimentos quedan expuestos a la atmósfera o a la columna de agua, y el carbono almacenado en el sedimento se une con el oxígeno del aire formando CO2 y otros gases, que se liberan a la atmósfera y al océano (Howard et al. 2014).

A nivel mundial, la tendencia es hacia la implementación de políticas, estrategias de gestión y herramientas diseñadas para conservar y restaurar los ecosistemas marino- costeros. Entender la importancia del carbono azul en los esfuerzos de mitigación de efectos del cambio climático, ofrece la posibilidad de movilización de fondos e ingresos adicionales para la realización de mejores prácticas en la gestión y conservación de estos ecosistemas.

Tipos de carbono azul (Howard et al. 2014)

  • Carbono autóctono: La materia orgánica se produce y deposita en un mismo lugar. Las plantas eliminan el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera/océano a través de la fotosíntesis (producción primaria) y lo convierten para su utilización por los tejidos vegetales para aumentar la biomasa vegetal. Una gran parte de la biomasa vegetal se asigna a las raíces, donde se descompone muy lentamente en condiciones anaeróbicas, almacenando así carbono en los sedimentos.
  • Carbono alóctono (externo): La materia orgánica se produce en un lugar y se deposita en otro. Los ecosistemas de carbono azul existen en entornos hidrodinámicamente muy activos; son golpeados constantemente por olas, mareas y corrientes costeras que transportan sedimentos y el carbono orgánico asociado de los ecosistemas adyacentes (en alta mar o terrestres). Las plantas que se encuentran en estos sistemas tienen estructuras de raíces y copas muy eficientes para atrapar los sedimentos, que se añaden a las reservas locales de  carbono. 

Dinámica del carbono. Modificado de (Howard et al. 2014)

Figura 2

Depósitos de carbono azul, cantidades y zonas de almacenamiento

Una reserva de carbono es la cantidad de carbono orgánico almacenado en un ecosistema de carbono azul, medido generalmente en megagramos de carbono orgánico por hectárea (Mg/ha). 

 

Los reservorios de carbono azul relevantes incluyen:

  • La biomasa aérea viva:  que consiste en la masa vegetal herbácea (pastos marinos y marismas) y leñosa (manglares). También se incluyen organismos epífitos (algas y microbios).
  • La biomasa aérea muerta: principalmente detritus de hojas o madera (en los manglares) y otros desechos orgánicos (macroalgas).
  • La biomasa viva subterránea (raíces y rizomas).
  • El carbono subterráneo (carbono ‘autóctono’ y ‘alóctono’), que incluye tejidos de plantas muertas y materia orgánica del suelo.

Distintas zonas de almacenamiento de carbono azul en los ecosistemas de manglar, pastizales marinos y marismas salobres.

Figura 3

Ecosistema de carbono azul

Los reservorios de carbono azul relevantes Carbono azul

 

En los manglares, la parte aérea de árboles constituye una gran reserva de carbono, las raíces y la madera muerta también puede ser un reservorio importante. La vegetación no arbórea y la hojarasca suelen ser componentes menores del ecosistema. En estos, el carbono azul se almacena principalmente bajo tierra en suelos ricos en materia orgánica a muchos metros de profundidad, donde puede permanecer durante mucho tiempo.

 

En las marismas salobres, gran parte de la producción primaria ocurre en la biomasa viva subterránea (raíces y rizomas) y la reserva de carbono azul se almacena fundamentalmente en el sedimento. La biomasa aérea muerta suele ser arrastrada por las mareas regulares y por lo general se excluye de las estimaciones. Igualmente, la mayor reserva de carbono en pastizales marinos es el que se incorpora al suelo. El denominado carbono del suelo suele ser el reservorio más grande de los ecosistemas marino-costeros con vegetación y su medición es fundamental para determinar los cambios a largo plazo de los almacenamientos de carbono azul. 

Proporción estimada al almacenamiento de carbono azul en las biomasas vivas y sedimentos de los diferentes ecosistemas marino-costeros, según (Howard et al. 2014).

Proporción estimada al almacenamiento de carbono azul en las biomasas vivas y sedimentos de los diferentes ecosistemas marino-costeros, según (Howard et al. 2014).

Las estimaciones de reserva de carbono orgánico (con alto grado de incertidumbre) se aproximan a 55-1376 Mg/ha para manglares, 16-623 Mg/ha para marismas salobres, y 10-829 Mg/ha para pastizales marinos (IPCC 2013). Las técnicas a emplear en muestreos in situ de biomasa viva varían para cada ecosistema, mientras que las técnicas para muestrear el carbono de los sedimentos son generalmente aplicables a los tres. De la misma manera, según sea la variabilidad de los componentes de cada ecosistema y la variabilidad del sustrato, así serán la estratificación de los muestreos y los tamaños de muestra para tener un estimado preciso de los abastecimientos de carbono azul por área o región.

 

El acceso a los ecosistemas de carbono azul para estudios de campo puede ser muy difícil y costoso. Sin embargo, las técnicas de teledetección pueden proporcionar información única y valiosa sobre la estructura de la vegetación costera y la cobertura de área. Estas pueden convertirse en vitales para determinar la extensión de cada ecosistema, su estratificación, en hasta en algunos casos las mediciones de biomasa. Las mediciones por teledetección se pueden realizar a diferentes resoluciones espaciales y, dependiendo del sensor, pueden identificar varias características biofísicas y estructurales de las comunidades vegetales. Los satélites a su vez suelen ser una fuente continua de información, proporcionando un seguimiento a gran escala de posibles cambios naturales y/o provocados por el hombre en los ecosistemas.

 

Estudios de Carbono Azul en México

El tema del carbono azul ha ido ocupando la prioridad de muchas agendas de investigación en México, ya sea a través de estudios in situ así como trabajos de percepción remota (que requieren de datos de calibración o de campo).  


A partir de esta información de campo y de la aplicación de análisis cartográficos y satelitales, se esta derivando una mayor información cuantitativa y espacial (modelaciones) sobre las estimaciones de las reservas de carbono azul en México (https://www.biodiversidad.gob.mx/monitoreo/simoh-mx/almacenes-de-carbono).

 

La información sobre los diferentes estudios del carbono en humedales costeros que hasta el 2023 se han realizados en México, incluyendo la ubicación de los sitios analizados, puede consultarse en el repositorio-visualizador del Sistema de Monitoreo de Humedales en México (SIMOH-Mx): https://www.biodiversidad.gob.mx/monitoreo/simoh-mx/carbono-azul 

Datos de campo: Ubicación espacial de los sitios donde se ha estudiado el carbono en humedales costeros de México

Referencias

Howard, J., Hoyt, S., Isensee, K., Telszewski, M., Pidgeon, E. (eds.) (2014). Coastal Blue Carbon: Methods for assessing carbon stocks and emissions factors in mangroves, tidal salt marshes, and seagrasses. Conservation International, Intergovernmental Oceanographic Commission of UNESCO, International Union for Conservation of Nature. Arlington, Virginia, USA.

 

IPCC (2013). Coastal Wetlands. In: 2013 Supplement to the 2006 IPCC guidelines for National Greenhouse Gas Inventories (eds. Alongi, D, Karim, A, Kennedy, H, Chen, G, Chmura, G, Crooks, S et al.).

 

Más información: https://www.thebluecarboninitiative.org/manual